viernes, 24 de marzo de 2017

Experiencia de Jonas

VOLVIENDO A SU PERFECTA VOLUNTAD “Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová” Jonas 1:3
Jonás huyó de la voluntad de Dios, para encontrarse que era imposible hacer tal cosa. El profeta estaba convencido que podía burlar los planes perfectos de Dios, él pensó que ir en dirección opuesta le evitaría cumplir con lo establecido por el Todo Poderoso. lamentablemente Jonás se encontró en el vientre de un pez gigante, y allí rodeado de algas y sin esperanza, Jonás entiende que el ir en contra de los designios de Dios traía terribles consecuencias.
Al igual que Jonás muchos de nosotros un día hemos ido en contra de la voluntad de Jehová Dios. En incontables oportunidades pensamos que nuestras opciones son mejores y seguimos nuestra propia agenda. Los mandamientos de Dios no son siempre llamativos y por lo tanto imponemos nuestras reglas o seguimos lo que dicte en corazón, y ni hablar de quienes sencillamente han conocido a Dios pero han decidido pretender que no le conocen.
Como en la vida de Jonás, nosotros también nos encontraremos con lo inafectivo que resulta alejarnos de Dios, los resultados siempre serán los mismo y las decepciones similares. Lo impresionante de la historia de Jehová y de la nuestra es que no importa lo mucho que nos hayamos alejado o la cantidad de errores que en nuestra huida hayamos cometido, en el mismo momento en que reconozcamos nuestro error, Dios estará dispuesto a cambiar nuestra historia y por ende nuestro futuro.
Nada impidió que Dios cumpliera su propósito en la vida de Jonás, y nada va a impedir que Dios cumpla el propósito en tu vida. Jehová es experto en obrar a pesar de nosotros mismos y lo hará las veces que sea necesario.
Si te has alejado de Dios, sea un poco o demasiado, sólo ten presente que no hay lugar al que puedas huir de su presencia y que El hará todo lo necesario para que vuelvas tus ojos al cielo, regreses al buen camino y experimentes el amor y el perdón inmerecido de Dios hacia ti.
Hoy es el día para volver a Jehová, mañana puede ser tarde.
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. (Salmo 139:7-16)