La Escritura alimenta nuestra alma y espiritu. Este alimento es nutritivo, saludable y nos hace crecer...
¿Te estas alimentando correctamente?
Nuestros cuerpos tienen un apetito que nos recuerda que debemos mantenerlos vivos alimentándolos.
¿En qué indicio se basa para alimentar su espíritu?
Para que nuestra relación con Dios se fortalezca, debemos alimentarla. La Palabra de Dios es ese alimento. Así como un bebé llora por la leche, un espíritu que ha sido vivificado por medio de la fe en Cristo, tiene apetito también. Pero es tan fácil distraernos, el entretenimiento, el ajetreo, incluso las cosas buenas como la familia y los amigos a veces se interponen para mantener un estudio consistente de la Biblia.
Usted debe decidir hacer del alimentar su crecimiento espiritual la principal prioridad en su día. En lugar de solo echarle un vistazo y pasar el día, hágalo lentamente y trate de internalizar de verdad las escrituras.
Desarrolle su apetito por la Biblia, haga de su lectura y meditacion un habito...
Oremos: Amado Padre Celestial, ayúdame a ser fiel y leer Tu Palabra. Aviva el hambre y la sed en mí para acercarme más a Ti por medio de Tu Palabra. Quiero que mi apetito espiritual crezca y que mi relación contigo crezca como resultado de ello. Ayúdame a saborear Tu bondad a través de lo que leo cada día. En el nombre de Jesús, amén.