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Pero cantar alabanzas a Dios es solo parte de lo que
significa adorar. Adorar a Dios es Obediencia.
Para adorar a Dios debes amarle, para amarle debes
conocerle, para conocerle, debes leer las Escrituras a diario y como resultado
de esta búsqueda, comenzarás amarle de una manera extraordinaria lo que te
llevará a la OBEDIENCIA a sus mandamientos, a sus instrucciones.
No es la forma, es el fondo. ¿Qué es lo que hay en tí para
ofrecer?, ¿Qué hay en tu interior? ¿te lleva a buscar de Yahshua a cada
instante de tu vida? ¿Estas orando, leyendo la biblia, cantando alabanzas,
escuchando música que te edifique, que hable de Él y su palabra? ¿Tus
conversaciones con otros le adoran a Él?.
Cuando la mujer samaritana le habló al Señor acerca de esto,
Yahshua-Jesucristo, le dijo que llegaría la hora en que el lugar no sería
importante. Ese día, la adoración se haría en espíritu y en verdad (Jn
4.20-24), ese día llegó, con su muerte El nos reconcilió con Dios y hoy somos
parte de su pueblo santo, de su real sacerdocio y la adoración a YHVH nuestro Dios
es parte integral en nuestra vida cotidiana, porque hoy nosotros somos su
templo.
El tabernáculo donde El habita. Dios es Santo.
NUESTRAS PALABRAS deben adorarle (Ro 11.33-36). Luego de
explicar acerca de la doctrina a la iglesia en Roma, el apóstol Pablo alabó al
Señor.
En la medida en que nuestra mente esté llena de las verdades
de Dios, nuestra adoración se desbordará en oración y cánticos de alabanza y reverencia.
(Esto sólo se consigue escudriñando la biblia y aplicando estas verdades a
nuestra vida).
VIDAS ENTREGADAS en OBEDIENCIA (Ro 12.1-2). En vez de adorar
con sacrificios de animales, nos ofrecemos al Señor por medio de una vida de
santidad y obediencia. Esto es posible gracias a que la verdad de Dios renueva
nuestra mente y transforma nuestra vida. Ezequiel 18:30/ 2Cor.10
EL SERVICIO A LOS DEMÁS es el resultado de la obediencia y es una forma tangible de demostrar que le amamos a EL. (Ro 12.3-8). Por su gracia, nos ha dado dones espirituales
que nos permiten ayudarnos los unos a los otros. Y en esto demostramos que solo
Jesucristo es el centro de nuestra adoración.
Hoy es un buen día para meditar en sus decisiones, acciones
y palabras, tanto hacia Dios como hacia los demás. ¿Estoy dando realmente la
adoración correcta a Dios? El tiempo es breve y toda transgresión a su palabra
es pecado y pecado es desobediencia a sus instrucciones y esto es producto de
la rebeldía que hay en el corazón del hombre. Rom.12:21 "No seas vencido
de lo malo, sino vence con el bien el mal".