viernes, 17 de noviembre de 2017

Upppspppss¡¡¡¡¡ Nooooo

Todos hemos disfrutado y lo hacemos aún, del programa de televisión humorístico del Chavo del 8, no solo por el humor, sino por las frases, con la cual solemos identificarnos, como: “Es que no me tienen paciencia” “Fue sin querer queriendo” o lo que mencionaba cada vez que hablaba demasiado y sabia que al final dijo algo que no debiera haber dicho “Se me chispoteó”.

“En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente.” Proverbios 10:19

Estoy segura que te has identificado con esta serie, por que todos hemos hablado por demás en alguna ocasión y después nos ponemos a pensar “Se me chispoteó.” “No debería…” En la Biblia dice que debemos controlar nuestras palabras, y no hablar mucho, ya que al final siempre terminamos declarando algo que no deberíamos hablar, y de esta manera pecamos.

“De manera que con la misma boca bendecimos y maldecimos. Eso, hermanos míos, no debería ser así. ¿Acaso puede dar un manantial agua dulce y agua amarga al mismo tiempo?” Santiago 3:10-11 (PDT)

Dios no quiere que nuestros labios sean un instrumento de bien y al mismo tiempo del mal, por eso de nuestros labios no debería salir bendición, consejo, alabanzas y al mismo tiempo criticas, chismes, insultos, chistes ofensivos, mentiras, recuerda que Dios te dio dos oídos y una boca, tal vez para que recuerdes que debes escuchar el doble de lo que hablas.

“Porque todos tropezamos de muchas maneras. Si alguno no tropieza en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.” Santiago 3:2

Seguramente has tropezado con esta debilidad, porque no somos perfectos, pero hoy te animo a ser como Jesús y buscar esa perfección, debes actuar diferente, esfuérzate para escuchar más que hablar, piensa dos veces antes de responder, ¡y si estas enojado, al punto de estallar! Guarda silencio hasta que pasen esos impulsos, hoy ten dominio de tu lengua y que ella no tome control de ti.

“La vida y la muerte dependen de la lengua; los que hablan mucho sufrirán las consecuencias.” Prov. 18:21 (VP).

¡Vamos! ¡Esfuérzate y entrega todas tus palabras por completo a Dios!

Que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazon sean gratos delante de ti oh Señor.